Ahora se sabe que la actividad deportiva de cualquier tipo es una auténtica panacea, que mejora nuestras condiciones de salud, haciéndonos sentir bien no solo física sino también mentalmente, más de buen humor y con mucha energía. El deporte puede considerarse un verdadero remedio natural que puede prevenir y solucionar problemas de diversa índole, desde el sobrepeso hasta el estrés. Sin embargo, como todas las actividades, incluso el deporte debe practicarse de la manera correcta y sin exagerar, de lo contrario se corre el riesgo de transformarlo de un remedio a un problema. La actividad física realizada sin tener en cuenta las posibilidades reales o sin el equipamiento adecuado puede provocar la aparición de trastornos de diversa índole, en primer lugar dolores musculares.
Si experimentas dolor muscular después de un entrenamiento intenso, especialmente si no has practicado deporte durante algún tiempo, la aplicación de un antiinflamatorio como voltaren puede ser suficiente para calmar el dolor en la zona afectada.
Los dolores musculares que surgen como resultado de un entrenamiento pueden significar que está entrenando de la manera incorrecta, que está usando el equipo incorrectamente o que no descansa lo suficiente entre ejercicios.
Para prevenir la aparición de estos dolores, es fundamental realizar primero al menos una pequeña sesión de estiramiento tanto antes como al final del entrenamiento. El estiramiento se utiliza para alargar los músculos y mejorar la flexibilidad de las articulaciones y hacernos más flexibles, todo esto ayuda a tonificar el cuerpo y en consecuencia reduce el riesgo de dolores musculares. Unos minutos son suficientes para ahorrarte contracturas o dolores o al menos limitarlos.
Incluso masajear los músculos afectados durante al menos veinte minutos poco después de finalizar la sesión de entrenamiento puede reducir considerablemente la posibilidad de inflamación muscular y empeoramiento de los síntomas en los días siguientes.
Otro método útil puede ser sumergirlo en agua muy fría después del entrenamiento. El baño en agua fría puede retrasar la aparición del dolor muscular, pero no puede evitar la sensación de dolor muscular.
A estas alturas todo el mundo sabe lo importante que es mantenerse hidratado y esto es aún más cierto cuando se hace deporte, ocasión en la que también es necesario aumentar la dosis de líquidos que tomas.
Beber durante el entrenamiento (así como antes y después) no solo ayuda a no tener sed y a evitar la deshidratación, sino que también mantiene la temperatura corporal bajo control y ayuda a entregar los nutrientes necesarios para mantener y hacer las articulaciones elásticas, sin mencionar que en general también ayuda a depurar y eliminar toxinas. Un simple gesto como beber agua se convierte así en un as en la manga para reducir el cansancio pero también la posibilidad de sufrir calambres, contracturas o lesiones musculares o articulares.
Otra forma eficaz de evitar la aparición del dolor es acostarse en la cama, o mejor aún en el suelo, y manteniendo la espalda recta, levante las piernas colocando los talones en la pared. Solo toma unos minutos, mantener las piernas en esa posición contribuye al retorno venoso y es bueno para la salud de las piernas, evitando la sensación de piernas pesadas, así como la posibilidad de dolor.
A veces, sin embargo, incluso con estas precauciones, todavía puede producirse dolor muscular.
Si, como se mencionó, se deben a un entrenamiento demasiado intenso, pueden aparecer ya durante o poco después del final de la actividad física. En la mayoría de los casos, es obvio qué músculo está afectado, ya que el dolor está localizado. En otros casos, el dolor parece difícil de localizar o puede ser “inexplicable”. En este último caso, siempre es mejor consultar a un médico lo antes posible. Sin embargo, es bueno saber que, incluso en casos de lesiones deportivas graves, la mejor opción es casi siempre adoptar el enfoque que los anglosajones definen ARROZ, es decir, descanso (descanso), hielo (hielo), compresión (compresión) y elevación (levantamiento de la parte dolorosa por encima del nivel del corazón).
En cuanto a los remedios que se pueden adoptar en caso de que aparezcan los dolores, está la ingesta de complementos alimenticios a base de sales minerales, para ir siempre asociados, como ya se ha comentado, a una buena hidratación. Esto es especialmente cierto si los dolores que siente son calambres, ya que son el resultado de la deshidratación.
Finalmente, el masaje de los interesados es eficaz no solo para prevenir sino también para aliviar el dolor, sobre todo si se realiza con el uso de aceites esenciales, como el de mejorana, que tiene propiedades sedantes. El masaje con aceites esenciales de mejorana ayuda a aliviar los dolores musculares pero también los espasmos y la rigidez muscular y, por tanto, especialmente indicado para masajes deportivos. Además del aceite esencial de mejorana, también los de lavanda o menta son particularmente adecuados para tratar dolores musculares o articulares y, en particular, los relacionados con el nervio ciático.
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